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Covid-19, Ordenamiento Territorial y Planificación Urbana en Latinoamérica

La crisis generada por la pandemia y el nuevo orden global que esta genera nos obligan a revisar y ajustar todos los Planes de Ordenamiento Territorial o el instrumento equivalente en cada una de nuestras ciudades.

24 abril -2020




Tanto en Colombia bajo su marco legal propio, como en otros países Latinoamericanos que tienen sistemas similares y en general, en todas las ciudades del mundo, existe en este momento la obligación de empezar a trabajar de inmediato en la planeación de la nueva estructura urbana que la actual pandemia del Covid-19 y sus efectos nos obligan a proyectar. Este trabajo que le compete tanto a las autoridades municipales, como a los grupos de profesionales que asesoran la planeación urbana y por supuesto, a las organizaciones ciudadanas y comunitarias.


El mundo ya no es ni va a ser el mismo. Eso está claro. Existe ya un nuevo orden y las ciudades no están exentas a adaptarse a él. Por el contrario, son las primeras que tienen que ofrecer respuestas y soluciones eficientes al nuevo modo de vida que nos imponen las actuales condiciones de distanciamiento social, aislamiento, eliminación de aglomeraciones y cambios en los medios de movilidad individual qué regirán hasta tanto las vacunas se validen, aprueben, implementen y distribuyan; lo cual no ocurrirá por lo menos, hasta un par de años en el mejor de los escenarios.


Lo más sencillo es decir que en este momento la responsabilidad del mundo reposa en hombros del personal médico y de atención a la salud. En parte es cierto, y estamos agradecidos por ello. Pero la responsabilidad del mundo no recae sólo en ellos. Todos y cada uno, desde su profesión oficio o saber tenemos la responsabilidad de pensar cómo vamos a aportar a la recuperación social y económica frente a la crisis, desde lo que sabemos y podemos hacer.


Ya es hora de activar la 2ª línea de atención, la 3ª y las siguientes para atender a los efectos de esta crisis global. Desde ya tenemos la obligación de estar pensando en lo que viene. Es decir, lo que podemos hacer y aportar para superar la crisis y cómo vamos a vivir “juntos en las ciudades” dado que, a pesar de que el encierro nos ha aislado, son precisamente las ciudades nuestro hogar natural y esto no va a cambiar en absoluto.


Los conceptos de aislamiento y distanciamiento social que surgen como nuevas leyes de facto hay que mirarlos con detenimiento, partiendo de que son una realidad y seguirán siéndolo. Para responder a estas nuevas normas de convivencia las ciudades, como modelo actual principal de agrupamiento poblacional tienen sencillamente dos formas básicas de responder. Revisemos cada una de estas dos opciones.


La primera es, responderemos al aislamiento desde las capacidades económicas individuales por medio de aislar una vivienda de la otra, bajo modelos de tipo “suburbano”, donde cada casa esté separada de la siguiente, sea lo más grande posible, tenga su propio jardín e impida el contacto social entre familias diferentes para garantizar la seguridad de sus miembros y el aislamiento bajo condiciones óptimas de comodidad. En esta primera opción será el mismo mercado y el acceso al capital el que defina quién puede vivir bien y quién no. Cómo sabemos, habrá quien pueda pagar por ello y este modelo demandará más y más suelo consumiéndose literalmente los suelos destinados a producción agrícola por efecto de la expansión urbana descontrolada, que ya era un escenario tangible antes de la pandemia y que bajo las actuales circunstancias se va a desbordar.


Para dar un ejemplo sencillo pero real y vigente, lo que pasa hoy con el papel higiénico y el gel antibacterial en las tiendas pasará con el suelo en el territorio, lo agotaremos sin control. Con una sola diferencia, el papel higiénico y antibacterial se pueden producir, pero suelo no. Cuando este se agota no se puede fabricar más, no es un recurso renovable y esto llevará indiscutiblemente a crisis alimentarias tan graves como la actual crisis de salud y ni qué decir de los efectos de este modelo en el resto de los elementos constitutivos de la plataforma ambiental y de recursos naturales como agua, flora, fauna, aire, y paisaje.

Es claro que este modelo de crecimiento no es viable, ni eficiente, ni responsable. Pero si no ponemos reglas claras por medio de la normatividad urbanística, los Planes de Ordenamiento Territorial y los instrumentos que orientan el desarrollo urbanístico y que determinan y proyectan los Modelos de Ocupación y de crecimiento será inevitable que nos enfrentemos a estas lamentables circunstancias.



La 2ª alternativa o escenario, es pensar en modelos urbanísticos más eficientes que respondan a la crisis de manera más inteligente, pero sobre todo más sustentable. Pero ¿cómo pueden ser estos modelos?, ¿en qué aspectos debe evolucionar cada uno de los sistemas estructurantes que conforman el territorio (Atributos y Dimensiones) para responder al nuevo orden mundial? Esto hay que revisarlo en detalle e individualmente desde cada uno de esos sistemas.


Lo primero, que de hecho ya cambió, es la línea base sobre la cual se proyecta y se sustenta la planeación urbana. Los diagnósticos y estudios técnicos de soporte están hoy todos desactualizados y son obsoletos. No sirven como estado del arte, pues con seguridad ninguno de ellos involucra aún variables reales y serias que analicen con responsabilidad las nuevas realidades del mundo bajo criterios y metodologías respaldadas técnicamente.

Solo para dar un par de ejemplos. Un estudio de origen y destino que mide la cantidad, modos y rutas desplazamiento de la población en una ciudad en función de establecer criterios y soluciones de movilidad, no es válido a hoy. No es real. No va a volver a ser siquiera cercano una vez todo esto pase dado que las formas y necesidades de movilizarnos ya se transformaron.


Otro ejemplo es el estándar mínimo de vivienda de 36 metros cuadrados por hogar que no responde de lejos a la nueva realidad y obligación de permanecer confinados en casa. Ahora que todos hemos sufrido el acuartelamiento, ¿consideramos que son suficientes 36 metros cuadrados para que una familia estándar viva bien? Ocurre que más del cuarenta por ciento de las familias en ciudades latinoamericanas viven en estas condiciones e incluso, mucho peores de hacinamiento e insalubridad, focos reales y peligrosos de contagio, transmisión y proliferación de todo tipo de virus y enfermedades.



El COVID-19 no es el primero ni va a ser el último virus que ataque la humanidad. Este tipo de contaminación “invisible” viene siendo cada vez más frecuente en los últimos años y lo seguirá siendo, por lo cual las medidas a tomar deben ser reales y contundentes.


En síntesis, urge empezar desde ya a volver a elaborar los Diagnósticos territoriales. Crear una nueva línea base. Revisar y actualizar estudios técnicos de soporte y proyectar el nuevo futuro de las ciudades desde sus instrumentos de planificación urbana.


Si los Planes de Ordenamiento Territorial (o cualquiera que sea el instrumento a nivel local en cada país), estaban desactualizados antes de la crisis, ahora sí que lo están. Los POT no reflejan el diagnóstico real del territorio ni proyectan las medidas y modelos para vivir bajo el nuevo orden mundial.


El soporte claro a este planteamiento está presente por ejemplo en el marco Legal Colombiano en materia urbanística. El artículo 2.2.2.1.2.6 del Decreto 1577 de 2015 (regulatorio y compilatorio de la Ley 388 de Desarrollo Territorial) faculta a los alcaldes municipales, por razones de excepcional interés público fuerza mayor o caso fortuito para iniciar en cualquier momento la revisión de los Planes de Ordenamiento Territorial por efecto de declaratorias de calamidad pública. (Subrayado por fuera del texto original). Este esencial marco normativo otorga a las ciudades, municipalidades y a sus gobiernos y autoridades la potestad y obligación inmediata de ajustar toda su batería de instrumentos de planificación.


Teniendo entonces claro el escenario de actuación y la premura que implica, pasemos a realizar un análisis individual preliminar por cada uno de los Sistemas Estructurantes del Territorio, el cual obviamente está sujeto a discusión abierta y a ser complementado desde múltiples visiones. Estas son algunas reflexiones, necesidades o nuevas orientaciones para tener en cuenta en la revisión y actualización de los instrumentos de Planificación:


Estructura Ecológica Principal.



- Recurso suelo. Identificar mecanismos para garantizar la protección del suelo de producción agrícola como parámetro fundamental del componente rural de los POT. Fortalecimiento del Componente Rural de los P.O.T. y habilitación de instrumentos como las Unidades de Planeación Rural (UPR) para desplegar incentivos para la producción de alimentos.

- Recurso Aire. Involucrar en los P.O.T y sus instrumentos de seguimiento variables de medición y control de calidad del aire frente a factores contaminantes y vectores de transmisión e inocuidad de las superficies a medida que la ciencia vaya determinando los procedimientos y medidas válidas para monitorearlo y garantizarlo.

- Recurso Agua. Definir factores de mitigación frente a vulnerabilidades por posibles crisis de contaminación y desabastecimiento de Agua como recurso esencial. Inclusión de mecanismos eficientes, reales y efectivos de protección de Zonas de recarga de acuíferos, cuerpos de agua, fuentes y sistemas de abastecimiento, tratamiento, redes de conducción y distribución. Lograr una gestión eficaz del recurso hídrico para garantizar condiciones adecuadas de salubridad.

- Recursos Fauna y Flora. La fauna silvestre ha recuperado sus espacios, incluso en las ciudades mismas, fruto del aislamiento humano y de la reducción casi total de impactos y de huella ecológica en los ecosistemas naturales. Nos sentimos felices y orgullosos de ello. Ahora somos nosotros quienes somos mirados por los animales desde afuera en nuestras vitrinas de contención. Urge generar mecanismos para la conservación y protección de estas especies desde el ordenamiento ambiental del territorio a nivel de declaratorias de áreas de reserva ambiental y forestal y generación de incentivos e instrumentos de compensación para garantizar su conservación, mantenimiento y uso sostenible.

- Recurso Subsuelo. Es importante aclarar que este recurso no es regulable por los P.O.T. por pertenecer a la nación, pero es de obligatoria reflexión. Especialmente, desde las capacidades políticas y de participación ciudadana que otorga la Ley a las comunidades locales y desde la definición, identificación y priorización de sistemas económicos productivos del Territorio. Las actividades de minería y explotación del suelo y el subsuelo deben ser estudiadas, reguladas y limitadas. A hoy día vale más una libra de alimentos que un barril de petróleo. Debemos priorizar la producción agrícola a la producción de metales que ya no son preciosos, lo precioso es la vida misma y la plataforma natural que la hace posible.

- El Paisaje. Redefinir el concepto de Paisaje como recurso y como derecho. Proteger desde el diseño urbanístico de modelos de ocupación el derecho de acceso al Paisaje desde nuestra casa y ventana, y permitir que el paisaje pueda integrarse, penetrar, entrar, incorporarse y permear la edificación y la vivienda misma y no ser solo una referencia lejana y distante. Para ello los estándares urbanísticos deben incorporar como parte de los requerimientos de diseño elementos como los sistemas de Jardines verticales, cubiertas verdes, Jardines interiores, Huertas caseras individuales o comunitarias, que permitan el contacto humano con la tierra misma, y la articulación de lo natural con lo edificado bajo un equilibrio sostenible.

Sistema Estructurante de Espacio Público



- Área Mínima de Espacio Público por Habitante ¿El estándar internacional de 21 metros cuadrados de Espacio Público por habitante se cumple en cada ciudad o no? Ahora es más necesario que nunca el espacio vital para garantizar el distanciamiento social de 6 pies (1,8 m) a la redonda y evitar las aglomeraciones. En teoría, se requiere más cantidad de Espacio Público y de mejor calidad, especialmente para la práctica del deporte y la actividad física con seguridad y sin contacto.


- Elementos constitutivos del Espacio Público. El concepto de “Plaza Pública” cambia por completo. La Plaza no va a ser más el escenario de encuentro multi actividad y aglomeraciones de todo tipo. La Plaza y sus elementos o componentes se va a convertir en una referencia simbólica icónica, parte de la memoria colectiva y de la identidad, más que un espacio de reunión y de encuentro ciudadano. ¿Cómo vamos entonces a desarrollar y promover espacios virtuales de encuentro ciudadano?, ¿Es el “Ágora virtual” una opción?, ¿Qué plataformas digitales reemplazarán, o por lo menos suplirán las necesidades de interacción entre seres diversos en condiciones de igualdad como lo hace el Espacio Público?, si la calle y la plaza son los escenarios naturales para el debate y la protesta social, ahora que no podemos aglomerarnos, ¿Cómo van a manifestarse quienes necesiten ser escuchados y cómo podrá demostrarse virtualmente el llamado “poder de las masas”?

- El eterno problema no resuelto de la ocupación informal del Espacio Público. El virus logró lo que los planificadores, gestores de gobierno y actos administrativos nunca pudimos, liberar el Espacio Público de la ocupación Informal, por lo menos por unos días. Aunque develó del mismo modo las problemáticas sociales y de desigualdad que son una constante en nuestras ciudades. La solución que tanto nos esforzamos en buscar para desocupar calles y andenes de vendedores ambulantes informales, llegó de la manera más inesperada, pero al mismo tiempo evidenció la responsabilidad que tenemos como sociedad frente a las poblaciones menos favorecidas como aspecto de fondo. Pero ¿tenemos la capacidad de conservar el espacio público sin la ocupación informal? ¿tenemos alternativas laborales o empresariales para ofrecer a las personas que sustentan sus ingresos de esta actividad económica? ¿tenemos por ejemplo plataformas online desarrolladas para garantizar que ellos puedan quedarse en sus casas y a través de la virtualidad general nuevos modelos de negocio como el e-comerce? Esto aplica también para el comercio formal organizado. El andén ya no es solo para caminar, también está allí como soporte para suplir el déficit de espacio interior de edificaciones de uso público que ofrecen acceso de servicios a la ciudadanía (Entidades financieras, empresas de servicios, entidades de gobierno, incluso plataformas de abastecimiento alimentario, etc.). Es decir, el andén, banqueta o vereda es también para “Hacer cola, fila, o línea” afuera, cuando las personas cumpliendo los parámetros de distanciamiento no caben adentro del edificio mismo. ¿Pero cumple este elemento constitutivo del Espacio Público con las condiciones adecuadas de dotación, mobiliario y espacio suficiente para albergar sus múltiples funciones sin llegar al colapso?

- Parques para los niños y zonas verdes. Se debe garantizar el relacionamiento social y más aun en edades tempranas y tardías, cuyas poblaciones particularmente son las más vulnerables ante el virus. ¿Cómo priorizar el uso de estas áreas para estas poblaciones de manera segura? ¿bajo qué estándares, criterios y parámetros vamos a rediseñar estos Espacios Públicos y su amoblamiento, de manera que se garantice la intercomunicación, el contacto visual y sensorial más no físico? ¿Contamos por lo menos con un columpio por niño o un parque infantil por familia? ¿Cómo responderá el mobiliario urbano y su diseño a esta demanda? Ahora si cabe la pregunta, ¿dónde jugarán los niños? Los niños y jóvenes son el alma de las ciudades y ellos deben tener la prioridad para el uso, disfrute y aprovechamiento de esos espacios, al igual que la tercera edad, a quién en muchas ocasiones se deja de última en la asignación de prioridades.

Sistema Estructurante de Equipamiento Colectivo y edificaciones de uso público



- Equipamientos dotacionales de oferta cultural y deportiva. Es inminente la necesidad de Re- funcionalización de escenarios de aglomeración como estadios, coliseos, teatros, centros de convenciones y otro tipo de escenarios que no van a tener utilidad tal cual como los conocemos o para lo que fueron originalmente diseñados. Estos generan costos altos de operación y mantenimiento, que en la mayoría de los casos deben ser cubiertos con recursos públicos y urge re-funcionalizar para que ofrezcan servicios de otro tipo, como ya ha ocurrido incluso con aeropuertos, estadios y centros de convenciones convertidos en unidades temporales de atención hospitalaria en muchas ciudades del mundo fuertemente afectadas por la pandemia. Podríamos preguntarnos, por ejemplo, ¿cómo se verá un clásico Barcelona Vs Real Madrid o Boca Vs. River con 6 pulgadas de aislamiento entre aficionados? ¿Vamos a poder en algún momento de la historia a volver vivir un Woodstock o cualquier concierto o presentación artística masiva? ¿Qué va a pasar con manifestaciones de patrimonio inmaterial como el Carnaval de Barranquilla o de Rio, tan solo para mencionar algunas de las miles de festividades que son parte de nuestra identidad cultural en América Latina? Son este tipo de eventos viables a futuro? ¿Cuál será la vertiente natural que va a tomar la cultura como medio de expresión de los pueblos? Los conciertos improvisados desde los balcones nos dan una respuesta clara de hacia dónde deben evolucionar a futuro las actividades culturales en función de su aprovechamiento desde la individualidad de la vivienda. Expresiones artísticas contemporáneas como el video-mapping y proyecciones de cine y de arte sobre las fachadas de los edificios también son posibilidades que podemos ofrecer para el esparcimiento cultural desde las realidades del aislamiento social.

- Centros de acceso al arte, a la cultura y a la tecnología por supuesto con alta tecnología. Creación, adaptación y re-potencialización de espacios multiculturales flexibles como museos, centros de ciencia, centros de convenciones, casas de la cultura convertidos en espacios seguros de acceso abierto a toda la población, especialmente a la que no tiene acceso a la tecnología y a las telecomunicaciones, también son una necesidad.

- Estándares Urbanísticos. El famoso Manual de Neufer[1], El arte de proyectar en Arquitectura, que determina los estándares, áreas y espacios mínimos por Ser Humano en cada una de las edificaciones de uso público queda obsoleto. Se requiere diseñar y proyectar nuevos manuales de este tipo, pero actualizados a las nuevas circunstancias, a partir de la definición de nuevos estándares urbanísticos para el diseño y adaptación de edificios de uso público y equipamientos colectivos.

- Edificaciones de uso especial. Los edificios de oficinas están pasando a ser obsoletos. Es el fin de una era donde los edificios corporativos dominaban el panorama de las ciudades. El teletrabajo surge como la opción viable para suplir estos espacios, pero al mismo tiempo la casa misma también debe responder a garantizar los espacios adecuados para la productividad laboral

- Equipamientos Educativos. ¿Son hoy en día los centros educativos, como los conocemos tradicionalmente viables? ¿Cómo debe ser el diseño de la nueva aula? ¿Cuántos alumnos por salón se permitirán y cómo se aíslan en los espacios de encuentro para evitar el contacto? ¿Cuál es el papel que jugará la educación online y tendrá la capacidad de evolucionar en sus criterios de calidad y de pertinencia frente a la educación tradicional, ofreciendo metodologías adecuadas para volverse cotidiana y eficiente? La educación virtual puede resolver problemas de cobertura y de accesibilidad que el actual sistema educativo no ha podido resolver en siglos. Esto significa en términos territoriales algo revolucionario, pues permite que la educación y el conocimiento lleguen a lugares donde las oportunidades son limitadas como es el caso de las áreas rurales. Esto permite ampliar su cobertura sin los límites que implica el espacio de un aula y adicionalmente un relacionamiento social de escala global entre los estudiantes. Adicionalmente, evita desplazamientos que cargan los sistemas de movilidad de las ciudades. En definitiva, fortalecer el Teletrabajo y la Educación online deben ser preocupaciones del Ordenamiento Territorial.

- Equipamientos asociados al sistema de movilidad. Estaciones de metro, trenes y de transporte público, aeropuertos, han sido convertidos temporalmente en muchas ciudades en centros de apoyo hospitalario para el manejo de la crisis, así como los artefactos mismos que facilitan la movilidad como buses trenes y aviones. Es claro que este tipo de infraestructuras deben proyectarse bajo criterios no solo de especialidad si no también de multifuncionalidad. Plazas de mercado que favorezcan la producción y comercialización de productos fabricados localmente y obvio bajo la obligación de suspender por completo los mercados de animales vivos.

Sistema Estructurante de Movilidad y redes



- Soluciones de Fondo. Es claro que los medios de transporte público son una respuesta a las necesidades de movilidad, pero sí podemos evitar desplazamientos tendremos que intentar hacerlo resolviendo el problema desde su raíz estructural. Conceptos como el teletrabajo y la educación online son una nueva realidad, necesidad y obligación. Solo las empresas que requieran la presencia física real de sus empleados para garantizar su operación podrán hacerlo. Lo que se pueda hacer y manejar virtualmente se hará haciendo uso de Internet. Esto liberará, descongestionará y descontaminará las redes de movilidad y las ciudades en general.

- Sistemas de transporte y redes de abastecimiento. Se deben priorizar las redes de transporte de carga para el intercambio de alimentos e implementar sistemas de movilidad no bajo el concepto de “masivo” sino bajo el concepto de “inteligente”.

- Movilidad Alternativa. Ya los planes reguladores y P.O.T’s vienen desde hace décadas hablando de la implementación de sistemas alternativos de movilidad, pero pocas ciudades han adaptado sus plataformas de conectividad a este concepto y, por el contrario, siguen en aumento los sistemas de transporte individual. Lo que significa que el vehículo particular es hoy más que nunca, una opción y un anhelo de todo ciudadano con las evidentes consecuencias que esto trae. ¿Será entonces esta la opción, o tenemos claras las herramientas y estímulos que debemos desplegar para fortalecer los medios de movilidad alternativa individual como la bicicleta, entre otros? ¿Es Hoy por hoy más llamativo y eficiente subirse a un autobus saturado de personas o usar una bicicleta o un Scooter? La micro movilidad es un concepto que abordar.

- Perfiles viales y peatonalizaciones. Las redes peatonales deben ser ampliadas. Los andenes deben servir no solamente para caminar, sino también para hacer fila. De hecho, en muchas ciudades se han implementado modelos interesantes qué están haciendo uso de la ocupación autorizada de espacios públicos por parte de cafés y restaurantes como mecanismos de reactivación económica. Es urgente implementar este tipo de medidas desde las normativas que regulan el uso y la ocupación del espacio público y repensar el rol de los espacios comunes de las ciudades como parte del sistema de movilidad en función de su re-funcionalización.

Sistema Estructurante de Servicios Públicos



- Redefinición de redes prioritarias de servicio público. La conectividad a internet ya es un servicio básico, esencial y necesario para todos. La conectividad y el acceso a medios virtuales y en general a los servicios públicos son una necesidad fundamental qué implica un acceso equitativo a los servicios públicos. No sólo en momentos de pandemia sino de manera permanente.

- Servicios de abastecimiento. Se deben fortalecer redes y sistemas de almacenamiento de alimentos como servicio público y se pueden usar las tecnologías para que las redes de distribución basadas en plataformas digitales permitan que los alimentos lleguen directo a las viviendas. Eso aumenta la importancia del servicio de entrega a domicilio y la necesidad de que sea regulado. Una tarea fundamental desde la planificación es identificar y fortalecer las redes locales de abastecimiento y distribución de alimentos e incorporarlas desde las políticas públicas. El acceso a los alimentos debe ser considerado como un servicio público esencial.

Sistema Estructurante de Vivienda y Hábitat



- Estándar mínimo de vivienda. ¿Los 36 metros cuadrados definidos como espacio mínimo vital para una familia, son suficientes? Incluir el espacio de la oficina en casa es una obligación en los diseños de vivienda en la actualidad. También surge la necesidad de que la casa incorpore una especialidad para servir de aula y de escuela.

- Acceso al Paisaje. El derecho de acceso al paisaje visual natural físico se debe garantizar desde los modelos de implantación y los diseños urbanísticos. La casa debe incorporar también los espacios para el desarrollo de huertas caseras, jardines urbanos individuales o comunitarios en fachadas, patios y terrazas. Se exalta la necesidad de incorporación de las terrazas balcones o espacios de contacto con el exterior como parte esencial del diseño de las viviendas.

- Tectónica. La materialidad misma de los edificios y viviendas debe ser repensada en función de garantizar la asepsia de los materiales y obviamente su eficiencia energética tanto para su producción o fabricación como durante su vida útil.

- Suelos de expansión Urbana. El desarrollo de vivienda nueva basado en la habilitación de nuevo suelo urbanizable seguirá siendo una tendencia que bajo las nuevas condiciones se moverá aun con más dinamismo. Si bien, se debe continuar implementando mecanismos de rehabilitación y optimización de las áreas existentes, la redensificación excesiva no se percibe como saludable. El respeto por la Escala Humana en la Arquitectura, el Urbanismo y la Normatividad de ordenamiento territorial siempre serán la mejor política y parámetro de diseño bajo cualquier tipo de condiciones, bien sean de crisis o estabilidad.

Conclusiones



- La declaración de una emergencia sanitaria y de calamidad pública abre la posibilidad normativa inmediata e implica la obligación por parte de las autoridades de revisar los Planes de Ordenamiento Territorial, Planes de Desarrollo Urbano, Planes Reguladores, así como cualquier tipo de instrumento de planificación urbana y ordenamiento del territorio en absolutamente todas las ciudades y municipalidades.

- Lo que llamábamos “POT modernos” a hoy en día, desafortunadamente, no son tan modernos. Se deben redoblar los esfuerzos desde entidades de carácter central/federal para apoyar a las municipalidades en sus procesos de revisión y ajuste de sus instrumentos de Planificación territorial.

- Se requiere con urgencia la elaboración de nuevos diagnósticos, definición de líneas base y formulación de estudios técnicos de soporte qué incorporen las nuevas condiciones generadas por la crisis y sus efectos y que incluyan nuevas variables de análisis a la planeación urbana e implementar herramientas de prospección de futuros complejos bajo condiciones fuera de la normalidad.

- Los profesionales competentes para pensar el territorio debemos darnos a la tarea de diseñar conjuntamente y de la mano de las comunidades nuevos Modelos de Ocupación Territorial, más inteligentes, eficientes, seguros y salubres y que garanticen la sustentabilidad integral del territorio en beneficio de todos los seres que lo habitamos. Tenemos la obligación de pensar a futuro el nuevo orden mundial y las nuevas estructuras urbanas que respondan a ese orden.

Como resultado de crisis como esta se rediseñó la París que conocemos hoy en día y se proyectaron ciudades como Viena y Barcelona que son y serán modelos urbanísticos ejemplares. Nuestras ciudades, su diseño, su belleza y habitabilidad serán nuestro trofeo a la resiliencia.

Marco Antonio Ramírez O.

Arquitecto

Especialista en Derecho Urbanístico

Magister en Desarrollo Regional y Planificación del territorio

Ganador XXII Bienal Colombiana de Arquitectura-Categoría Planeación Urbana

Ex-Becario JICA, Programa de Instrumentos de Gestión del suelo -DNP

[1] Ernst Neufert, Arte de proyectar en arquitectura, Editorial GG 16ª Edición

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